Crecí entre abalorios.
De las muñecas me gustaban más sus complementos que sus vestidos. Con el tiempo creció mi admiración por todas aquellas personas capaces de crear con sus manos auténticas obras de arte. Tanto que empecé a mezclar el amor por nuestra artesanía de siempre, intentando parecerme a esas personas que tanto admiro. De ahí nace Ingenyart: creatividad, artesanía, respeto por la naturaleza y una pizca de tradición.